La Educación nos acerca a Dios, Señor mi dios: Concédeme la gracia de brillar cual lucero. Que ilumine las tinieblas y disipé el mal concejo. Que mis alumnos me vean sin temor y sin recelo. Que abra camino siempre hacia el bien y el cumplimiento. Que si hay pena, duda o llanto; permite llevarle amparo, y que me recuerden siempre a través de los años.